Macael

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HISTORIA


ESCUDO DE MACAEL

La presencia del paso de pueblos antiguos por la villa de Macael es muy difícil de precisar, ya que no se han encontrado restos de ningún tipo. Por ello resulta muy complicado fijar la fecha en que se constituye esta urbe. No se han hallado vestigios de poblados ibéricos o romanos en lo que actualmente es el término municipal de Macael. Sin embargo, el uso de su piedra se remonta a los fenicios, quienes la utilizaban para construir sarcófagos, como se pudo comprobar con el hallazgo realizado en Cádiz de una tumba fenicia elaborada con esta piedra. Los datos que se tienen hasta la fecha permiten afirmar que los orígenes de la villa de Macael se centran en los siglos X y XI durante la ocupación musulmana. El núcleo original de Macael se situó en un montículo rocoso, en la confluencia de dos arroyos, al Sur del actual municipio y distante de éste unos 2,5 kilómetros.

Este primer emplazamiento fue destinado con posterioridad a canteras, por lo que no se han podido conservar adecuadamente restos de lo que los vecinos del pueblo llaman «Macael Viejo». Durante el asentamiento musulmán, las canteras del pueblo adquieren gran fama y de las mismas se extrae mármol para diferentes obras. Así, durante los siglos X y XI, según la documentación existente, se extrajeron de las canteras grandes bloques para la mejora de la Alcazaba de Almería y para los jardines de la ciudad. Eran tiempos del reinado de Almutacín, quien mejoró la ciudad de Almería y procuró embellecerla todo lo posible.

Durante los siglos XIII y XIV se extrajeron grandes cantidades de mármol cuyo destino era una obra realizada en Granada y que los siglos han conservado para deleite de la humanidad: la Alhambra y el Generalife.
La villa de Macael se rindió, junto a las otras ciudades de la comarca, ante los Reyes Católicos cuando éstos tomaron Baza en 1489. En las capitulaciones otorgadas por Isabel y Fernando, los habitantes quedan por moriscos, conservando sus derechos y tradiciones. Por Real Cédula de 1501 la Villa de Macael pasa a depender de la Ciudad de Baza por la importancia que suponían sus canteras.
La coyuntura económica desfavorable por: epidemias, cosechas insuficientes, nuevos impuestos, diferencias de tipo religioso, dará lugar a que en 1568 se produzca un levantamiento morisco capitaneado por Aben Humeya.

La villa de Macael también se vio inmersa en la rebelión de los moriscos, aunque no exista mucha documentación al respecto. Su posición en una comarca que registró grandes levantamientos le hace estar inmersa en dicho movimiento. El historiador de la época, Ginés Pérez de Hita, asegura en uno de sus escritos que al párroco de Macael, el bachiller Román, se lo llevaron cautivo a la Alpujarra los moriscos sublevados, escapando de dicho lugar para volver a Macael. Antes pasó por Purchena para avisar a los cristianos de este pueblo que venían los moriscos a conquistar la comarca, lo que permitió que éstos huyeran y se salvaran.

El ejército liderado por el Marqués de los Vélez, que protagonizó el sofocamiento de la rebelión en esta zona, pasó el 6 de enero de 1569 por Macael, ya que descansó una jornada en Olula del Río, atravesando la Sierra de los Filabres para acampar en Tabernas.

Tras la rendición de Macael a las tropas de don Juan de Austria, se procedió a su repoblación, de acuerdo con la Instrucción de 1572 que regulaba este procedimiento. Macael, que tenía 293 habitantes antes de la expulsión morisca, fue repoblado por 22 familias venidas de la región levantina y de Castilla la Nueva.


Durante los siglos XVII y XVIII la población de Macael registra un incremento progresivo de sus miembros. En el año 1699 había 403 habitantes; en 1753, unos 824. En el Catastro de Ensenada, que se realizó sobre 1750-53, en Macael había 213 casas, 40 labradores, 135 jornaleros y 14 medio jornaleros. Asimismo había 221 cabezas de ganado vacuno y 1.600 de caprino.

Hasta el siglo XIX la población macaelense había vivido tanto de la agricultura como de las canteras. Incluso en ocasiones se dio más importancia a los cultivos y hubo años en que los vecinos del pueblo se desplazaron hasta las provincias de Granada y Jaén para realizar la siega. En la actualidad el proceso es a la inversa, ya que Macael ha recibido a un gran número de foráneos, que se han desplazado hasta la villa para trabajar como operarios en las canteras de mármol de la comarca.

Lo cierto es que la economía de la localidad se va centrando en el mármol y se inicia un proceso de industrialización y mecanización del mismo, para mejorar su extracción y manipulación.

En el siglo XX, la presencia de esta piedra se situará en el mercado y desatará una fuerte demanda y popularización de su uso. Se empleará tanto para obras monumentales como para utensilios y objetos de decoración.
Al existir una mayor demanda, Macael se convierte en un centro rico y próspero, punto a tener en cuenta dentro de la economía almeriense, ya que es uno de los pilares básicos, junto con el turismo de la costa y los invernaderos del Poniente, para el desarrollo de esta provincia andaluza.


GASTRONOMIA



La gastronomía representa la cultura de un pueblo. Está influenciada por el clima, la economía, los recursos naturales del lugar, las estaciones del año y las festividades religiosas.

En los fríos días de invierno, cuando la lluvia hace su aparición, es costumbre cocinar migas de harina o de pan, acompañadas con caldo de pimentón , pimientos y tomates secos fritos, pescado y tajadas, todo ello regado con un buen vino de la tierra. También se consumen los pucheros, cocinados en sus diferentes formas: trigo, calabaza e hinojo, que preparan el cuerpo para un duro día de trabajo.

En Navidad se elabora la repostería típica de esta fechas, las tortas de chicharrones y manteca, el pan de aceite, los suspiros y los mantecados.


Con la llegada de la primavera y coincidiendo con Semana Santa, los condimentos se adaptan a la prohibición de la carne y a los productos vegetales que afloran en la vega. Se preparan los potajes de cuaresma con albóndigas de bacalao y como postre los roscos fritos y los buñuelos acompañados con anís.


No podemos olvidar los famosos hornazos de San Marcos, bollo de pan con aceite adornado con huevo y que según la tradición hay que romperlo en la cabeza del más despistado.

En los calurosos días del verano son refrescantes los gazpachos y ensaladas del tiempo. Además son características las fritadas de conejo con pollo y las gachas con caldo de pescado, aprovechando la temporada de mayor esplendor de las verduras.

Durante todo el año se degustan los embutidos como morcilla, chorizo, longaniza, blanquillo .... y derivados del cerdo que se elaboran antes de la Navidad, en las famosas matanzas que suelen reunir en torno al ritual, a familiares y amigos que pasan unos días de fiesta y trabajo en una tradición difícil de perder.

MONUMENTOS




IGLESIA PARROQUIAL NTRA. SRA. DEL
ROSARIO
En 1609 fue inaugurada la Iglesia Parroquial Santa María del Rosario, en estilo Mudéjar. La mandó construir el entonces Obispo de Almería D. Fray Juan de Portocarrero, de esta época se conserva la torre y el escudo episcopal.

Lo más destacado de la Iglesia, además de su torre, son las tallas del Cristo Yacente; el niño que sustenta la Virgen del Rosario, ambas del siglo XVII, salvada de la quema masiva de Santos efectuada en la Guerra Civil y el valioso óleo de la Purísima Concepción procedente de la escuela de Juan de Juanes.

MONUMENTO AL CANTERO

Ascendiendo por la calle García Lorca y tras dejar la plaza de Almería, con su airosa y original fuente, nos encontramos con el Monumento al Cantero. Escultura conmemorativa esculpida sobre una "masa" de mármol blanco, que expresa con orgullo el busto de un trabajador que arranca cada día latidos a la sierra noble y fuerte.

MIRADOR DE LA VIRGEN DEL ROSARIO

Se sitúa en la cima de un pequeño montículo coronado por la Virgen del blanco Rosario; escultura realizada por José Sabiote Fernández, en el más puro y blanco mármol de Macael. Allí, desde su altura impasible vigila y cuida a los Macaelenses.

La subida de pizarra y baranda de madera, serpentea la montaña entre romero y tomillo. De cuando en cuando los bancos y su fuente de aguas transparentes ayudan al caminante a calmar su sed y disfrutar del paisaje, adornado con numerosas esculturas.

PLAZAS
Las plazas se conciben como espacios públicos y lúdicos y son uno de los más importantes elementos del urbanismo. Embellecen la Villa y son punto de referencia para el trazado de calles, reflejan el poder civil o religioso; son escenarios de fiestas y representaciones sociales o lugares de reposo y sosiego para vecinos y amigos.

La plaza más destacada de la Villa de Macael es la de la Constitución. Construida por Isidoro Rosillo García, en 1980, se sitúa en el centro del pueblo, como eje coordinador de la vida colectiva del municipio.

Su estructura rectangular y su pavimentación en mármol blanco y gris le dan un aspecto de grandiosidad y belleza. Resaltan las diversas casas señoriales de principios de siglo entre las que destaca el Ayuntamiento Viejo con su escudo nobiliario en la fachada principal.

En el centro, rompiendo la simetría de la plaza, la fuente, de original diseño hexagonal, que pretende ser una exaltación al desnudo femenino, obra del taller de artesanía "Hijos de José Sabiote Navarro"

CRUCES
Cabe destacar las dos cruces de mármol blanco talladas por artesanos del pueblo en el siglo XVII.


La Cruz de los Mozos, sita en la calle Jarrie, consta de una esbelta columna coronada por una cruz construida posteriormente. En su base se lee la inscripción siguiente: "ESTA CRUZ HICIERON LOS MOCOS DES TUDM MAEILARO".


La Cruz de Mayo, ubicada a la entrada del pueblo, en el paraje conocido como la Pisada del Caballo. Es una columna que sostienen una cruz de mármol blanco sobre un pedestal que en su conjunto mide unos dos metros y medio aproximadamente y en su base se lee en castellano antiguo las siguientes frases: "SERONES ITSMA END MAIORO NOS J.V. PARA ANCHEZ I.I.V. TISERAS. ANO DE 1.683".

CALLES Y PORCHES

La más antigua y típica es la calle Porche que conserva su cubierta original de pizarra, soportada por maderos de pino carrasco. El más utilizado y largo es el porche de la calle Picasso, cubierto con bóveda de medio cañón, que da acceso al edificio de Servicios Múltiples y al Ayuntamiento. Y el más recóndito y el que pasa más desapercibido para la mayoría, es el porche de la calle Ejido. Bello ejemplo de conservación del patrimonio cultural de nuestros antepasados.

De época más reciente es la calle Mario Palma, que con sus 94 peldaños se ha convertido en todo un símbolo en Macael.

CASAS SEÑORIALES

Las casas señoriales denotan la riqueza y el poder de sus constructores. No existen demasiadas muestras por ser Macael un pueblo eminentemente minero y lo que predomina es la arquitectura popular con casas de doble planta, cubierta plana y escalonadas para aprovechar la pendiente del terreno.


En la zona más antigua, una de las más conocidas es la casa de D. Juan Rubio Ortiz, construida en los años treinta en la calle Huertos. Fue diseñada por su propietario y se caracteriza por su construcción en piedra de sillería, ventanas de estilo gótico con arcos ojivales y frisos en puertas y ventanas.

Cabe destacar de su interior los cuadros pintados por su dueño, su amplio despacho, la biblioteca con 6.000 volúmenes y un retrato de D. Santiago Ramón y Cajal con dedicatoria y firma, fechado en 1922.

Otros ejemplos de casa señoriales los encontramos en la Plaza de la Constitución y sus alrededores.

RUTAS TURISTICAS




Dentro de las rutas que recomendamos a los visitantes son destacar las que el turista puede realizar por el casco del pueblo, visitando su iglesia, las numerosas plazas y plazuelas que se encuentran diseminadas por sus calles más significativas, las escaleras de la calle Mario Palma, sus porches y las numerosas esculturas exentas que decoran un urbanismo moderno y que son verdaderas obras de arte realizadas con esmero, cariño y profesionalidad.
Recomendamos que visiten sus canteras, para que observen tan peligrosa labor y las fábricas de transformación del producto, así como sus talleres artesanales, piezas claves de arte y conservación de un oficio tan antiguo como su mármol.

Si el viajero prefiere la naturaleza, debe adentrarse en la Rambla y el Canfornal. Lo más destacado de esta ruta es la fuente del Coboche y la Cueva de la Encantada donde según la leyenda: "en la noche de San Juan una hermosa muchacha, sale de la misma fuente del Coboche para lavar y peinar a su hermoso niño: Dicen que cuando se lava y lava al niño el agua de la citada fuente se vuelve más limpia y clara, por ello se atribuye al nacimiento poderes milagrosos esa noche".

Si proseguimos por la Rambla, nos encontramos con el Cerro del Nacimiento, donde se conservan restos de un poblado argárico para llegar desde aquí al Cerro Ocará; desde su cima podremos observar vistas panorámicas de Macael y del Valle del Almanzora. Descenderemos para encontrarnos con la rambla y finalizar la ruta.

Otra ruta interesante es la del camino de Laroya a la Mina. A la vuelta descenderemos al río Laroya para ver las numerosas cascadas que en él se encuentran, así como las adelfas y chopos que lo bordean y le dan alegría y colorido. Veremos sus viejos molinos harineros, hoy en ruinas y alguna primitiva fábrica de mármol en desuso. Ruinas de un paso que aún queda en la memoria de los más ancianos.


Otra ruta recomendada para los más arduos senderistas es la que va de Macael a Bacares pasando por Purchena, es una ruta larga pero interesante. Se inicia en la Rambla-Canfornal y por el camino de pista se llega al punto de destino. Camino muy usado, todos los años la víspera del 14 de Septiembre, por los peregrinos que van en promesa al Santo Cristo del Bosque de Bacares.

SIERRO

De poco nos sirve el automóvil para recorrer sus intrincadas calles. Tan sólo el paseo tranquillo y relajado permitirá descubrir pasadizos, tinaos, rincones y recovecos de este pueblecito serrano. Piérdase, sin miedo, por él y disfrute de su atmósfera aparcada en el tiempo.

LAS MENAS

Antiguos restos de esplendor minero, cuevas, oquedades, edificaciones y un entorno de singular belleza, se conjugan en este apartado valle de la Sierra de los Filabres para transformarlo en uno de los lugares de mayor atractivo que los autores han tenido la dicha de conocer. Dedique algunos días a estas montañas dotadas de excelentes servicios y entretenimientos.

LAROYA
Otra recóndita aldea de montaña que invita al retiro y a una cura antiestrés. Deje en sus eras circulares su vehículo y pasee por su pequeño y recoleto caserío.

PURCHENA
Junto a la vega del río surge la "Perla del Almanzora". De su pasado, destaca una ciudad fortificada de la Edad del Cobre, necrópolis, huellas de la cultura romana y prolíficos vestigios árabes. De su presente más actual destacan los Juegos Moriscos del Islam que se celebrarán este mes de agosto, rememorando otros acaecidos en este mismo lugar hace muchos siglos.

BACARES
Quien recorra estos lugares, del alto valle del Almanzora, deberá reconocer la profunda devoción que reúne el Cristo del Bosque. Entre tejados y aleros de pizarra, típicamente filábrides, esta imagen milagrosa bendice las encantadoras laderas de la sierra presididas por la Tetica de Bacares.

CELA
Una breve subida desde el fondo del valle y la aparición, casi mágica, de una inmensa balsa de agua, hace las delicias de cualquier día de verano o de invierno, pues se trata de una surgencia hidrotermal. Desde luego, es un excelente y refrescante descanso para el cansado viajero en su camino hasta Lúcar.