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“Yo vi con mis ojos cuántos jóvenes y a cuántas personas cristianas las mataron por la fe”: el arzobispo de Homns (Siria) en la Catedral de Guadix

El arzobispo de Homs (Siria), Mons. Jean Abdo Arbach, concelebró la Eucaristía con el obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco, en la Catedral accitana. Fue el domingo 23 de abril, en una Misa solemne en la que se pudo escuchar el testimonio de sufrimiento de su pueblo, que ofreció el prelado sirio. La Eucaristía sirvió, también, para rezar por la paz y por aquellos cristianos que sufren, al tiempo que para ofrecer un donativo, la colecta de la Misa, al arzobispo de Homs, para que lo haga llegar a su pueblo.

D. Francisco Jesús agradeció, desde el comienzo, a Ayuda  la Iglesia Necesitada que haya hecho posible conocer el testimonio del arzobispo de Homs. Y al propio arzobispo, su presencia en la diócesis de Guadix, testimonio de una Iglesia que sufre y por la que tantas veces se ha rezado en la catedral, durante todos estos años de guerra. Mos. Orozco recordó que “cuando una Iglesia sufre y sangra, allí tiene que estar toda la Iglesia”.

En la homilía, el arzobispo de Homs comenzó recordando la figura de San Jorge, cuya festividad se celebraba ese domingo 23 de abril. San Jorge, que también fue martirizado, ofreció un testimonio de valentía, de oración y de entrega. El mismo testimonio, vino a decir, que ofrecen muchos cristianos en Siria y que sufren, a veces también el martirio, por fidelidad a su fe.

“Yo vengo de Siria, después de 12 años de guerra y del terremoto que nos sucedió meses atrás”, dijo Mons. Jean Abdo Arbach es arzobispo de la archidiócesis greco-católica melquita de Homs, Hama y Yabroud (Siria) desde 2012.Él mismo relató cómo sufrió la persecución durante la guerra. Los musulmanes, comentó, exigían 3 condiciones para seguir vivo: la primera, pagar para poder seguir viviendo en su casa; la segunda, convertirse al islam; y la tercera, si no se convertía, lo mataban. “Yo vi con mis ojos cuántos jóvenes y a cuántas personas cristianas las mataron por la fe, no querían negar su fe. Me pasó a mí también: yo vi a cuántos jóvenes los secuestraron para pedir rescate la tortura que tenían… pero seguíamos adelante y no teníamos miedo, porque Dios estaba con nosotros”, dijo el arzobispo de Homs.

También habló de las dificultades que viven: “Hoy en Medio Oriente y sobre todo en Siria, los cristianos tenemos muchas dificultades: la pobreza ha llegado a 80% en las familias cristianas” ….  “La otra dificultad que tenemos es el embargo”. Y comentó cómo ese embargo provoca dificultades en la medicina, en el trabajo. Hay muchas familias de mayores, cuyos hijos tuvieron que salir del país para buscar trabajo y viven en la pobreza, y no tienen nada que comer. También habló del terremoto que han sufrido y que ha dejado 60.000 muertos y muchas casas destruidas: “mucha gente vive y duerme en su auto por el miedo a que haya otro terremoto más”.

Terminó pidiendo una oración por su pueblo: “Yo pido vuestras oraciones, la oración hace milagros”. “Ahora -continuó- después de esta guerra empezamos, gracias a Dios, a volver a vivir y renacer de nuevo con Cristo”.

Y aunque no pidió dinero, el obispo de Guadix ofreció la colecta de ese día para Siria, una colecta que se le entregó directamente al arzobispo para que la haga llegar a su Iglesia en Siria.

En la acción de gracias, fue José F. Crespo, de Ayuda a la Iglesia Necesitada, quien habló de la labor de ayuda y concienciación que realiza esta fundación pontificia por los cristianos perseguidos en todo el mundo, más de 646 millones que sufren discriminación o persecución”. Agradeció la acogida en Guadix y el servicio que prestan los delegados de Ayuda a la Iglesia Necesitada en la diócesis accitana, Emilio y Olalla.

Al terminar, el obispo accitano volvió a agradecer la visita del arzobispo sirio y su testimonio: “gracias por su testimonio, gracias por su presencia, lleve el cariño de esta Iglesia que camina en la diócesis de Guadix a todos los cristianos de Siria, deles un abrazo de fe, de alma y de corazón, de todos nosotros”.

Y concluyó la celebración con un aplauso de felicitación al propio obispo de Guadix, que en ese día cumplía 53 años y con la felicitación del vicario general en nombre de todos.

Por Antonio Gómez Delegado diocesano de MCS. Guadix